Casi dos semanas han pasado desde que Art Frieze 2014 cerró sus puertas el pasado 17 de octubre. Fue el colofón a unas semanas frenéticas de inauguraciones en galerías, eventos y fiestas que unieron la ciudad en un vaivén de citas. Artistas de todos los rangos y manifestaciones expusieron en individuales o colectivas que llenaron las paredes de las galerías de Londres.

Richard Serra. Backdoor Pipeline. Foto de Miguel Mallol.

Richard Serra.
Backdoor Pipeline.
Foto de Miguel Mallol.

Yayoi Kusama. Pumpkin.

Yayoi Kusama. Pumpkin.

Éstas hicieron coincidir escalonadamente sus aperturas, sobre todo las más importantes, para no restarse protagonismo. Por nombrar algunas de las exposiciones más destacadas que siguen todavía en curso Tracey Emin volvió tras cinco años a la imponente White Cube gallery de Bermondsey, Richard Serra invadió literalmente con sus colosales esculturas en acero corten las paredes de la Gagosian Gallery en Britannia Street, el japonés Shinro Ohtake puso el color en las paredes de la Parasol Unit y Victoria Miró empezó pronto con la estética repetitiva de Yayoi Kusama para luego sorprender con las “Art Fair paintings” de Eric Fischl, muy a tono con el tema.

La Saatchi Gallery se unió a este remolino con una performance realmente espectacular titulada “The Cult Of RAMM:ΣLL:ZΣΣ” y comisariada por Zavier Ellis. Sonido, luces y disfraces invadieron la “sala de las hormigas” como se la conoce por la instalación de Rafael Gómez Barros, que complementó perfectamente una puesta en escena de impacto.

Todas estas inauguraciones giraban en torno a la cita estrella: Frieze Art Fair. En un jardín inglés dentro de Regents Park se situaba Sculpture Park, como parte de las propuestas gratuitas y a pocos minutos de distancia se encontraban las carpas de la feria. Desde hace 3 años están divididas en dos sedes: Frieze Art Fair y Frieze Masters. Este año ha incorporado a las propuestas “Live”, una apuesta nueva comisariada por Nicola Lees para incluir en una feria de arte el elemento antitético por antonomasia: las performances. Seis galerías han sido elegidas para representar esta forma de manifestación nacida en los años 60 precisamente para reivindicarse contra el mercado artístico. No se sabe si es un caballo de Troya, que entra sutilmente para concienciar a la gente que el arte no debe ser solo valioso sino válido, o ha sucumbido a la llamada del vil metal para entrar también en el juego.

OLLIVIER MILLAGOU

Olivier Millagou.
Necklace, guijarros 2010.
Foto de Miguel Mallol.

La sensación global de la feria es que se confirma el regreso de la pintura que se asomaba el año pasado en detrimento de la fotografía. Junto a las figuras cotizadísimas, me llamaron la atención artistas consolidados como Cory Arcangel, Miroslaw Balka, Olivier Millagou o Kader Attia, que sacados de su contexto de grandes instalaciones, presentaron obras de un gran contenido conceptual. O figuras femeninas muy interesantes como la egipcia Ghada Amer o la americana Joyce Pensato junto a la israelí Michal Rovner con trabajos con una vertiente más de denuncia social.

Más allá de la feria, galerías y espacios expositivos de renombre, lo que más me ha llamado la atención ha sido la enorme cantidad de ferias – aunque yo las llamaría de otra manera por su repercusión y mercado real – paralelas que han surgido. Una incontrolada expansión de mega exposiciones colectivas con gran cantidad de artistas – en ocasiones más de 100 – que han llenado espacios alternativos, para reivindicar su parte de protagonismo en este tinglado. Se trata de una mezcla de figuras emergentes y  consolidadas que no entran en este afluente del mercado en el que se encuentran las galerías. Estas concurrencias son una alternativa a Art Frieze, que presentan un extensísimo abanico de manifestaciones imposible de abarcar en tan pocos días, lo que te hace centrar el tiro.

De las que tuve la oportunidad de visitar destacaría dos sobre las demás. Por su carácter rebelde, no muy lejos de Regents Park estaba “We could not agree”, una exposición situada en circular en la tercera planta subterránea de un parking. Contó con más de 100 artistas elegidos por 10 comisarios independientes de todas las ramas. En el este de Londres, Brick Lane Street tuvo protagonismo como zona donde las ferias colaterales se ubicaron en mayor número. A resaltar “Moniker Art Fair”, una propuesta donde los artistas callejeros participaron en un evento de 4 días en el que pudieron exhibir sus trabajos en stands diseñados para la ocasión. Obras de Benjamin Murphy que trabajaba in situ con su inseparable cinta aislante o un espacio alternativo que mostraba la obra del enigmático español Vermibus eran algunos de los puntos neurálgicos de la iniciativa.

"We could not agree". Q Park. Foto de Miguel Mallol.

«We could not agree». Q Park. Foto de Miguel Mallol.

A todo este torbellino cultural se le unió por sexto año consecutivo la asociación SPAIN NOW! que durante un mes y medio, hasta mitad de noviembre, se mete de lleno en la escena londinense con charlas, eventos, exposiciones del más alto nivel. Han participado ya el arquitecto Andrés Jaque o el excelente fotógrafo Ricky Dávila y en noviembre tenemos la exposición de Amparo Sard o la performance de la compañía Ava Dance entre eventos a destacar.

Londres es una ciudad con una vasta propuesta cultural durante todo el año, pero parece que durante esas semanas se pretenda amalgamar todo y presentar sus mejores galas al convertirse, durante unos días, en un punto rojo en el mapa mundial del arte contemporáneo.