Fue Gertrude Stein quien dijo que una institución podría ser un museo o ser moderna, pero nunca las dos cosas a la vez. Mientras el concepto del museo representa la autoridad estatal y el canon institucional, su alianza con el arte emergente o de vanguardias podría parecer contradictoria.

Como señaló Arthur C. Danto, lo que contribuye en gran medida al valor de un objeto es el sistema social que lo rodea. Con los cambios dramáticos que este sistema de la cultura está sufriendo, el museo se encuentra en el centro de un acalorado debate, y se están redefiniendo su naturaleza, su metodología, sus funciones tradicionales. Pero la revolución no se limita al marco institucional, sino abarca también la idea del arte en sí y los modos de verlo, de percibirlo, de entrar en contacto con él.

 

En respuesta a las prácticas artísticas contemporáneas, el papel del comisario se está transformando gradualmente. Alejándose de su función original de un guardián, el curador adopta nuevos roles de intérprete, productor y cocreador. Las exposiciones de arte se desarrollaron como el efecto de una profunda transformación social, política y cultural, y las nuevas propuestas curatoriales nacen como respuesta a los nuevos roles que deben desempeñar los museos ante un público cada vez más diverso.

El museo tal como la conocemos nació como resultado de una transición de las colecciones privadas, aristocráticos a otras más democráticas. Esta transición no fue circunstancial, sino coincidió en el tiempo con la disolución de la monarquía y el establecimiento de un estado liberal, democrático y capitalista. En los primeros museos las técnicas de presentación del arte aún estaban influidas por las Wunderkammers, así como por las galerías de principios del siglo XVIII, donde las obras llenaban el espacio sin lógica ni narrativa aparente. La Tribuna de los Uffizi (1772-1778), la obra maestra de Johann Zoffany presenta el interior de la Galería de los Uffizi, el principal museo de Florencia. Las obras, en varias filas, apiladas en el suelo, inundando el espacio, no siguen ningún patrón cronológico ni temático. A pesar de su aparente aleatoriedad, sin embargo, la instalación sigue una estrategia intelectual sofisticada. La presentación de los cuadros religiosos junto a los mitológicos, la Virgen María junto a desnudos descubre un nuevo concepto del coleccionismo: el arte, por primera vez en la historia, se limita a ser arte, desprovisto de su carga espiritual y, como tal, sirve de una fuente de placer estético e intelectual al público. Un público que sigue siendo muy limitado, compuesto por la aristocracia europea culta. Una diversificación progresiva de los espectadores que frecuentaron los museos resultaría en una racionalización del diseño de la exposición.

Johann Zoffany. Uffizi

Johann Zoffany. Galería de los Uffizi

El cambio se produjo con los museos de arte contemporáneo, que carecían de un ejemplo a seguir. La exposición seminal de Alfred Barr “Cezanne, Gauguin, Seurat y Van Gogh” en 1929 marcó el comienzo del diseño de exposiciones innovador y ha dominado las prácticas del comisariado desde entonces. El primer director del Museo de Arte Moderno de Nueva York experimentó con la instalación, situando las pinturas a la altura de los ojos contra las paredes de colores neutros. Las obras no fueron colgadas simétricamente por su tamaño, sino que mostraron una secuencia lógica. Utilizando la arquitectura del edificio para formar perspectiva, Barr creó un campo de visión, facilitando un poderoso encuentro entre la obra y el espectador. Común y estandarizado hasta volverse invisible, el neutro cubo blanco ha constituido la norma dentro de las prácticas de los museos desde entonces.

Uno de los principales problemas de la idea de las colecciones del arte contemporáneo es que después de un cierto tiempo pierdan su aspecto «contemporáneo». Aunque muchos museos todavía mantienen el enfoque tradicional hacia el coleccionismo, lo que destaca es el desarrollo de las kunsthalle, instituciones sin fines de coleccionar, que mantienen su identidad de modernas y experimentales mediante la organización de exposiciones temporales y eventos especiales. Con la performance y el vídeo introduciéndose en el entorno del museo, surgen nuevos retos para el diseño de exposiciones. Se busca un entorno flexible, una condición que los edificios basados tradicionalmente en el modelo de cubo blanco no siempre pueden satisfacer, el video y arte digital percibiéndose descontextualizados en un espacio neutro. Un museo sin paredes constituiría el espacio ideal para la presentación del nuevo arte.

Mientras las colecciones, especialmente las que se centran en el arte contemporáneo y de vanguardias, están tratando de alcanzar nuevos públicos, el Internet y los medios digitales constituyen una plataforma extraordinaria para su marketing. Sin embargo, sus posibilidades no se limitan a la comunicación. El Internet constituye una posible manera de ampliar el espacio físico del museo, aumentando su accesibilidad y visibilidad a un nivel internacional y universal.
El concepto de un museo sin paredes, creado para dispositivos portátiles, más allá de los límites físicos de la institución ofrece nuevas posibilidades de establecer contacto entre el espectador y la obra. La externalización de las actividades de museos y centros de arte a través de Internet no sólo ayuda a alcanzar a un público más amplio y más diverso, sino también demuestra ser más económica, lo que permite una reducción significativa en el coste del montaje, restauración y publicidad. Aunque las exposiciones virtuales presentan un riesgo de limitar el control del museo sobre la experiencia del público, el primer proyecto comisariado online, Adobe Museum of Digital Media, se puso en marcha en 2010. El 1 de febrero de 2011, Google lanzó su Google Art Project, una colaboración de los más reconocidos museos del mundo, con una recopilación de imágenes de las obras de arte de sus galerías. Servicios como Virtual Gallery, que también entró en vigor en 2011, ofrecen a los artistas y y marchantes una posibilidad de exponer, promover y vender arte en línea y mantener una relación con sus clientes a través de la red y eventos especiales. Por último, las ferias de arte también han emigrado al Internet, comenzando con el lanzamiento del VIP Art Fair en 2011.