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—Exposición de Sarah Morris en Capitain Petzel

Pocos quizá lo vinieron venir, o no creyeron que pudiera convertirse en realidad. Tras años de supremacía de Mitte como centro neurálgico de las galerías berlinesas, o el amago de ser el nuevo Chelsea berlinés de la zona de Halle am Wasser tras la inauguración de la Hamburger Bahnhof como centro de arte contemporáneo, la zona más cool, inn o idónea para el arte contemporáneo se llama Potsdamer Strasse. Sí señores, pues en los últimos años la mayoría de galerías pesos pesados de Berlín ha cambiado su ubicación a esta zona, y ahora quien no esté en los alrededores de la Potsdamer no es nadie, o al menos, no es tan cool.

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—Haunch of Venison junto a la Halle am Wasser

Recuerdo cuando se decía que Wedding sería el nuevo barrio bohemio y de artisteo berlinés. Pero no señores, a Wedding le faltaba personalidad para atraer a los “bohemios”, la Stattbad con su emergente propuesta artística no ha llegado a cuajar del todo, y otras calles de la ciudad, como la Lindenstrasse y la Zimmerstrasse con su proyecto de galerías ubicadas a pocos pasos, parecen perder hegemonía frente a la nueva zona trendy.

Respetables galerías como Arndt, Klosterfelde o Esther Schipper han decidido abrir nuevas sedes en la zona inmediata a la Neue Nationalgalerie. En los antiguos edificios del Tagesspiegel se han inaugurado nuevos espacios expositivos, siendo el de Blain & Southern el absoluto ganador en cuanto apariencia y despliegue, pues más que una galería parece una sucursal de la Tate Modern londinense. Por si fuera poco, la galería británica bautizó su espacio con una espectacular exposición de Tim Noble y Sue Webster, por si alguien dudaba del poderío insular.

 

Como es habitual, hay un lado negativo en la vertiginosa apertura de tantas galerías en esta parte de la ciudad. Y es que ahora los alquileres han comenzado a dispararse, y lo que era un barrio de clase media-baja, con mucha inmigración turca, ahora puede convertirse en una zona inaccesible para sus antiguos residentes, lo cual sería bien injusto, pues han sido ellos los que han dado forma y color a este pedazo de Berlín. Pero así está escrita la historia de las grandes ciudades, ya pasó en Nueva York, en Londres, en París, y ahora ocurre en Berlín. El arte mueve a mucha gente, pero el dinero, mueve a  mucha más.